Por
primera vez en todo el viaje nos ha costado conciliar el sueño por el calor,
así que a las 5 de la mañana ya estamos en pie. Aprovechamos
las últimas horas de oscuridad para viajar más frescos y cuando sale el sol,
paramos a desayunar.
A las
11 estamos en casa, nuestro viaje ha terminado. Sacamos la llave del contacto
añorando ya los momentos vividos.
¡Hasta
pronto Mirinda!
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