Empezamos
la mañana con un paseo bordeando la playa.
Regresamos al Camping a preparar el desayuno y cuando vamos a calentar la leche se pone a lloviznar. Recogemos rápido y nada mas terminar para de llover...pero de todos modos decidimos desayunar en la cafetería del camping.
Nos dirigimos hacia Cudillero. De camino comienza a llover fuerte, accionamos los limpiaparabrisas y el izquierdo, que no debía ir bien encajado, está a punto de salir volando. Por suerte estamos ya abandonando la autovía, así que paramos en lugar seguro y conseguimos encajarlo bien.
Regresamos al Camping a preparar el desayuno y cuando vamos a calentar la leche se pone a lloviznar. Recogemos rápido y nada mas terminar para de llover...pero de todos modos decidimos desayunar en la cafetería del camping.
Nos dirigimos hacia Cudillero. De camino comienza a llover fuerte, accionamos los limpiaparabrisas y el izquierdo, que no debía ir bien encajado, está a punto de salir volando. Por suerte estamos ya abandonando la autovía, así que paramos en lugar seguro y conseguimos encajarlo bien.
Llegamos
al puerto de Cudillero, encontramos sitio de sobra donde aparcar ("San Expedito
dame un sitito" parece que funciona), y cuando nos bajamos del coche ha dejado de llover.
Paseamos
tranquilamente por el casco histórico y cuando regresamos al coche el parking
esta completo y … ¡comienza de nuevo a llover! Enfilamos la autovía y a pocos kilómetros nos desviamos hacia Cabo Vidio, ya que ayer en el camping de Las Gaviotas nos aseguraron que el paisaje desde sus acantilados merecía la pena.
En patio trasero del faro, encontramos una vieja Citroen reconvertida en food truck donde se sirven refrescos y algunos platos sencillos.
En patio trasero del faro, encontramos una vieja Citroen reconvertida en food truck donde se sirven refrescos y algunos platos sencillos.
Salimos
dirección Luarca pensando comer allí, pero paramos a repostar y vemos un cartel
de Feria de los Vaqueros, en San Martín de Luiña. Preguntamos a la chica que nos
llena el deposito y nos recomienda acercarnos, porque no solo la feria vale la
pena, sino que se come muy bien a un precio razonable. Una vez más
nos dejamos llevar.
Cuando
llegamos al pueblo son ya las 14:30 y justo donde comienza la feria vemos el
restaurante “El Rosal” que es el que nos habían recomendado especialmente. Está lleno y con gente esperando, decidimos sentarnos en la barra a tomar algo. De
pronto, una chica al otro lado del local comienza a llamar a Elena ¡Que
sorpresa! es Marta una chica de su pueblo que está de vacaciones con unas
amigas por la zona. Empezamos a bromear con lo de que el mundo es un pañuelo y
que esto parece “colmenaretes por España”.
Una
hora después nos dan mesa. La espera ha valido la pena, pedimos pote asturiano, jabalí guisado, requesón y café y el menú nos sale por 12€ cada uno.
Tras la
comida damos un paseo por los puestecillos del mercado y decidimos continuar
hacia Luarca pero… nuestro plan se ve frustrado. Nada mas salir, Miguel comienza
a sentir retortijones, así que no queda más remedio que desviarse junto a un
camino, y como está lloviendo, agarrar el paraguas con una mano y las toallitas
húmedas con la otra y tras una pila de troncos… aceptar la llamada de la
naturaleza y ¡a abonar el bosque!
Temiendo
que el incidente vuelva a repetirse y como pinta que va a seguir lloviendo
decidimos dirigirnos ya al camping y ver si mañana el tiempo mejora y podemos
recorrer la zona de costa que teníamos previsto hoy.
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